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Por Carlos Ibáñez
Tiempo de lectura: 3 minutos.
Así como la construcción de un edificio lleva tiempo, lo mismo ocurre con la credibilidad. Una inmueble bien construido requerirá de materiales de calidad y en el caso de una persona o marca, debe poner en práctica hábitos para ser percibido con una imagen sólida y coherente.
Empecemos por definir el término credibilidad. Según la RAE es “la cualidad de ser creíble y considerar a alguien como veraz”. Hablar sin fundamento, con exageración o compartir noticias falsas te volverán poco creíble. Y para demostrar coherencia es fundamental que exista concordancia entre lo que dices y haces.
Algunas prácticas pueden comprometer tu credibilidad. Por ejemplo, durante una reunión con clientes para vender tu producto o servicio, evita hacer comentarios despectivos sobre la competencia. En su lugar, concéntrate en resaltar los beneficios y fortalezas de tu marca, enfatizando cómo puede satisfacer sus necesidades.
Mantén tu postura sobre un asunto, pero si vas a cambiar tu apreciación repetidamente estarás demostrando falta de convicción en tus opiniones y perderás elocuencia frente a tu público. Evita afirmar algo sin estar seguro, podría perjudicar tu imagen.
Fuente: Canva
Hablar con seguridad y conocimiento del tema potenciará la imagen de confianza que estás proyectando. La trayectoria profesional y la formación académica son ingredientes para construir credibilidad, pero la integridad y ética son las bases.
Es crucial liderar con el ejemplo: al solicitar un mayor esfuerzo y disciplina a tu equipo de trabajo, es imperativo que tú también cumplas con las nuevas normativas establecidas.
La credibilidad es el activo más valioso de una marca. Significa que tus públicos creen en lo que dices en las distintas situaciones que te desenvuelves, ya sea en tu entorno personal o profesional. Esto también incluye la satisfacción que ellos sienten por los productos o servicios que estás comercializando.
Afrontar situaciones difíciles y reconocer un error habla de tu honestidad. Nadie está exento del resquebrajamiento de su reputación, a causa de una situación adversa. Construir una imagen óptima puede llevar años, pero puede arruinarse rápidamente. Si admites la responsabilidad, el público podría perdonarte si ya tenías una buena reputación.
Fuente: Canva
Credibilidad en plataformas digitales
En las plataformas digitales se habla de autoridad digital cuando una persona o marca enfoca sus contenidos o publicaciones para generar confianza con su experiencia y conocimientos, con el fin de convertirse una fuente de información veraz. La credibilidad no se compra ni se vende, se construye con integridad, experiencia, conocimiento y responsabilidad.
Hay profesionales que saltaron a la palestra pública por sus contenidos en redes sociales y páginas web posicionando su nombre con un trabajo serio. Sus opiniones son con equilibrio y fundamentos. Dejan de lado el fanatismo, no comparten noticias falsas y ante todo muestran respeto frente a su comunidad.
Ellos han desarrollado un estilo y mensaje de marca coherente, logrando así una identidad reconocible en medio del exceso de información que encontramos en las diversas plataformas digitales, posicionándose como especialistas en las industrias a las que pertenecen.
Fuente: Canva
Los comentarios positivos o elogios que coloquen tus seguidores ayudarán a fortalecer tu imagen de marca personal, comercial o emprendimientos. No desestimes los comentarios negativos, salvo que provengan de perfiles falsos o trolls.
Puedes comenzar buscando en Google para ver qué se está diciendo sobre tu marca y así evaluar la reputación. Además, es importante utilizar herramientas de monitoreo digital (escucha social) como Hootsuite, Audiense, Answer The Public, entre otras, para tener una información más completa de las opiniones y comentarios de tus clientes en las distintas plataformas sociales.
Responder a los mensajes de tus clientes o públicos de interés para absolver sus inquietudes o problemas también es esencial para generar credibilidad. Eso muestra el compromiso con ellos. Además, la conexión o acercamiento con tu audiencia digital genera un sentido de confianza.
Tener miles de seguidores en redes sociales no significa automáticamente que una marca o persona sea creíble. Comprar seguidores o «likes» tampoco ayuda, ya que las plataformas pueden penalizar estas acciones, reduciendo el alcance o expansión de las publicaciones porque las consideran engañosas.
Fuente: Canva
El público tiene la última palabra
Es el público al que te diriges es quien decide si eres o no creíble. Forjar una imagen en base a artificios te delatará y perjudicará tu reputación. Como reza el dicho: “no hay que solo ser, sino también parecer”.
La credibilidad no es una mercancía que se compra ni se vende, se construye con ética, trayectoria, conocimientos y responsabilidad en cada una de tus actuaciones. Cumple con aquello que te comprometiste, demuestra puntualidad, responsabilidad en tus accionar y sé auténtico.
Fuente: Canva
Carlos Ibáñez Arosemena es estratega en comunicación, servicio al cliente y marca personal. Con más de 25 años de experiencia en la gestión de marcas empresariales, figuras públicas y organizaciones no gubernamentales. Posee una maestría en comunicación estratégica con especialización digital y un postgrado en Gerencia de Marketing.
