Getting your Trinity Audio player ready...
|
Por Redacción OnData
Tiempo de lectura: 5 minutos.
Resumen. El champán, reconocido como una de las bebidas más emblemáticas del mundo, se encuentra en un momento crítico en su historia. A pesar de su estatus icónico y su asociación con celebraciones y lujo, la industria enfrenta importantes desafíos que amenazan su futuro. Las caídas en las ventas, con un descenso del 9,2% en 2024, reflejan una combinación de factores económicos adversos, como la inflación y las tensiones geopolíticas, que han reducido el consumo y el deseo de celebrar entre los consumidores.
El nacimiento de una leyenda: Los orígenes del champán
El champán, una de las bebidas por excelencia para celebraciones como bodas, cumpleaños y fechas festivas, ha estado vinculado con la alta sociedad desde la época de María Antonieta.
Su nombre proviene de la región de Champaña, en Francia, y su popularidad comenzó en el siglo XVII en las cortes francesa e inglesa. Aunque la leyenda atribuye su invención al monje benedictino Dom Pérignon, la realidad es más compleja: antes de él, ya existían métodos para elaborar vinos espumosos tanto en Francia como en Inglaterra. Sin embargo, Dom Pérignon perfeccionó técnicas que mejoraron la calidad y consistencia del champán, ayudando a reducir la cantidad de botellas que explotaban por la presión del gas y estableciendo estándares más altos en su producción.
A medida que avanzaba el siglo XVIII, la elaboración de esta bebida se perfeccionó aún más, consolidándose como un símbolo de lujo. En 1728, el rey Luis XV autorizó su comercialización en botellas de vidrio, facilitando su distribución y elevando su prestigio. Su llegada a Inglaterra es difícil de precisar, ya que muchos registros son anecdóticos.
No obstante, según Francoise Peretti, directora de la Oficina del Champán del Reino Unido, Enrique VIII ya era un entusiasta de los vinos de la región de Champaña, llegando incluso a comprar viñedos y utilizar las botellas para la corte inglesa. A pesar de que el champán tal como lo conocemos se desarrolló en Francia, sus orígenes se remontan a la época romana, cuando los invasores comenzaron a producir vino en los suelos calcáreos característicos de la región. De hecho, varios pozos de caliza galo-romanos en Reims siguen siendo utilizados hoy en día como bodegas.

De las bodegas a las cortes: La expansión del champán
La primera casa de champán fue fundada por Nicolas Ruinart en 1729 en Épernay, Francia. A lo largo del siglo XVIII, productores como Claude Moët y Florenz-Louis Heidsieck impulsaron la bebida en las cortes europeas, consolidando su reputación como símbolo de lujo y celebración. Los monarcas y aristócratas de Francia, Inglaterra y Rusia adoptaron el champán como la bebida por excelencia para eventos de gala y reuniones diplomáticas.
Las bodegas fueron perfeccionando sus métodos de producción, utilizando túneles subterráneos para el envejecimiento del vino, lo que contribuyó a su distintivo sabor y textura. Durante el siglo XIX, marcas icónicas como Veuve Clicquot y Perrier-Jouët implementaron procesos que garantizaron burbujas más finas y una calidad uniforme en cada botella.
El champán como símbolo festivo
Según un artículo de Forbes, la asociación del champán con las celebraciones se remonta a su popularidad en las cortes francesas e inglesas. Su efervescencia y carácter festivo lo convirtieron en la bebida predilecta para marcar momentos especiales, una tradición que perdura hasta hoy. Desde la coronación de reyes hasta la inauguración de barcos, la tradición de descorchar champán ha sido un símbolo de éxito, fortuna y buenos augurios.
Con la llegada del siglo XX, su popularidad creció aún más gracias a la industria cinematográfica y la publicidad, consolidándose como la bebida de referencia en eventos deportivos, bodas y festividades de fin de año. Hollywood, en particular, contribuyó a su glamour con películas donde los personajes más sofisticados brindaban con copas llenas de burbujas doradas.

El Auge de las Ventas: Años Dorados del Champán
Según datos del Comité Champagne, el champán alcanzó un récord de ventas en 2021, con 322 millones de botellas comercializadas a nivel mundial, lo que representó un incremento del 32% respecto a 2020. Este repunte se debió al deseo de celebrar y a la reactivación de eventos sociales tras las restricciones de la pandemia. La facturación superó los €5.500 millones de euros, equivalentes a más de US$6.000 millones de dólares al tipo de cambio promedio de ese año.
Francia, Reino Unido y Estados Unidos fueron los principales mercados, con un crecimiento notable en las exportaciones, que alcanzaron un nuevo máximo de 180 millones de botellas. En Francia, las ventas aumentaron un 25%, recuperando los niveles previos a la crisis de 2019. Además, la tendencia de los consumidores a elegir productos premium benefició especialmente a las grandes casas de champán, consolidando su posición en el mercado global.
Mercados globales: ¿Dónde brillan más las burbujas?
Tradicionalmente, Europa ha sido el principal mercado para el champán, con Francia, Reino Unido y Alemania liderando el consumo. Sin embargo, en la última década, Estados Unidos ha experimentado un crecimiento notable en la demanda, consolidándose como un destino clave para las exportaciones francesas. Japón también ha mostrado un interés creciente, especialmente en el sector de lujo. Aunque América Latina no figura entre los mayores mercados, se ha observado un incremento en la demanda de bebidas premium, impulsado por el crecimiento de la clase media y la urbanización.
Según datos del Comité Champagne, los principales mercados exteriores en volumen en 2023 fueron:
Estados Unidos: 26,9 millones de botellas.
Reino Unido: 25,5 millones de botellas.
Japón: 15,3 millones de botellas.
Alemania: 11,7 millones de botellas.
Italia: 9,9 millones de botellas.
Australia: 8,9 millones de botellas.
Bélgica: 8 millones de botellas

Declive en las ventas de champán
Un reciente artículo de swissinfo y CNN han confirmado la caída de las ventas de esta icónica bebida. el champán ha enfrentado una notable disminución en sus ventas en los últimos años. En 2024, los envíos desde Francia cayeron un 9,2%, totalizando 271,4 millones de botellas, marcando el segundo año consecutivo de descensos. Este retroceso se atribuye principalmente a la disminución de las exportaciones, que experimentaron una caída del 10,8%, alcanzando 153,2 millones de botellas. Diversos factores han contribuido a esta tendencia a la baja, incluyendo la inflación, los conflictos globales y las incertidumbres económicas, que han generado un ambiente poco propicio para las celebraciones. Maxime Toubart, presidente de la Unión General de Viticultores y copresidente del Comité del Champán, señaló que el champán actúa como un «barómetro del estado de ánimo de los consumidores».
En el mercado interno francés, las ventas disminuyeron un 7%, registrando 118 millones de botellas vendidas en 2024. Empresas líderes en la industria, como LVMH, que posee marcas emblemáticas como Dom Pérignon y Veuve Clicquot, reportaron una caída del 15% en sus ventas durante el primer semestre de 2024. Jean-Jacques Guiony, director financiero de LVMH, comentó que «el champán está bastante relacionado con la celebración, la felicidad, etcétera», sugiriendo que la actual situación mundial, ya sea geopolítica o macroeconómica, no lleva a la gente a animarse y abrir botellas de champán.
Las ventas de champán caen a nivel mundial porque la gente no quiere celebrar https://t.co/Y113YVVDGr
— CNN Chile (@CNNChile) January 21, 2025
Además, Francia está lidiando con fenómenos meteorológicos extremos, como altas temperaturas y heladas tempranas, que provocaron la cosecha más pequeña desde 1957. En respuesta, las casas de champán, como Telmont, están adoptando prácticas más respetuosas con el medio ambiente para atraer a los clientes interesados en iniciativas ecológicas. A pesar de estos desafíos, David Chatillon, copresidente de la asociación, ha reiterado que Champagne es un «modelo organizativo sólido y sostenible que ha demostrado su valor, incluso ante la adversidad, lo que le da confianza en el futuro».
Rémy Cointreau, un grupo francés de bebidas espirituosas propietario del Champagne Telmont respaldado por Leonardo DiCaprio, también pronosticó una disminución más pronunciada en las ventas de lo esperado, debido a que los clientes han reducido sus gastos. En conjunto, estos factores presentan un panorama desafiante para el mercado del champán y los viñedos en Francia, a medida que la industria navega por un período de incertidumbre.
La realidad oculta en los viñedos de champaña
Una investigación de The Guardian revela las precarias condiciones en las que trabajan los recolectores de uva en los viñedos de la ciudad francesa de Épernay, sede de algunas de las marcas de champán más lujosas y caras del mundo. Estos trabajadores, a menudo migrantes, enfrentan una dura realidad a través de un sistema de proveedores que promueve la mano de obra barata. A pesar del brillo y la burbujeante celebración del champán, muchos de quienes cosechan las uvas en esta prestigiosa región se ven sometidos a largas jornadas laborales, salarios irrisorios y una falta alarmante de acceso a alojamientos adecuados.
Los trabajadores, en su mayoría migrantes de países como Rumanía y Bulgaria, son esenciales para la cosecha, especialmente durante los períodos de alta demanda. Sin embargo, su situación laboral pone de relieve las contradicciones de una industria que, por un lado, celebra el lujo y la calidad, y por el otro, permite que se perpetúen condiciones laborales inaceptables. Los informes sugieren que la falta de regulación y supervisión en el sector contribuye a esta explotación, lo que ha generado un creciente llamado a la acción para mejorar las condiciones de vida y trabajo de estos trabajadores, quienes merecen ser tratados con dignidad y respeto.
Mientras la industria del champán navega por desafíos económicos y sociales, la atención a la explotación laboral se convierte en un tema crucial que no se puede ignorar. La presión pública para abordar estos problemas podría forzar un cambio significativo en las prácticas de la industria y contribuir a un futuro más sostenible y ético para la producción de champán.
El futuro del champán: Retos y oportunidades
El champán, símbolo de celebraciones y lujo, enfrenta un momento crítico marcado por una caída del 9,2% en las ventas en 2024 y desafíos económicos como la inflación y tensiones geopolíticas que han disminuido el deseo de celebrar. Además, factores climáticos adversos han impactado la producción, resultando en la cosecha más pequeña en décadas. A pesar de estos problemas, líderes de la industria mantienen la esperanza en su resiliencia. Sin embargo, la explotación laboral de recolectores de uva, en su mayoría migrantes, destaca las condiciones precarias en las que trabajan, generando un creciente clamor por prácticas más éticas y sostenibles en el sector. El futuro del champán dependerá de su capacidad para adaptarse a estos desafíos y priorizar tanto la sostenibilidad como el bienestar de sus trabajadores.