Resumen. El oro alcanzó un nuevo máximo histórico al superar los $3.000 por onza, impulsado por las crecientes tensiones comerciales globales, la incertidumbre en las políticas económicas y la preferencia por activos refugio ante la volatilidad del mercado. Aunque esta cifra representa un récord nominal, ajustado por inflación aún se encuentra por debajo de los máximos reales históricos.
El oro superó por primera vez los $3.000 por onza, alcanzando un récord histórico impulsado por la incertidumbre económica global y el aumento de las tensiones comerciales. La volatilidad en los mercados financieros y políticas económicas impredecibles han llevado a los inversionistas a buscar refugio en este metal precioso.
Entre los factores clave de este repunte destacan la compra masiva de oro por parte de bancos centrales, en respuesta a preocupaciones sobre el dólar como herramienta geopolítica, y el impacto de políticas proteccionistas de Estados Unidos. La guerra comercial con China, la Unión Europea y México ha intensificado los temores de una desaceleración económica, fortaleciendo la demanda de oro como activo seguro.
La escalada de la guerra comercial de EE. UU., liderada por Trump, ha impulsado la demanda de oro como refugio ante la incertidumbre económica. Países como China, Polonia e India han aumentado sus reservas, mientras la inflación y la depreciación de monedas refuerzan su atractivo.
Aunque el oro superó los $3.000 por onza, ajustado por inflación aún está por debajo de su récord real de 1980. La volatilidad persiste en los mercados ante nuevas amenazas arancelarias, mientras inversionistas siguen atentos a las decisiones de la Reserva Federal y a las políticas fiscales europeas.