|
Getting your Trinity Audio player ready...
|
Resumen. Una investigación de Matthieu Favas revela que Irán utiliza una flota clandestina de barcos para transportar petróleo desde países sancionados, principalmente a China. Además, ha creado un sistema bancario oculto para repatriar ganancias a través de empresas fachada. Aunque exporta más petróleo que nunca, su moneda se devalúa porque las divisas no regresan al país, mientras que las empresas estatales las manejan en el extranjero.
Una investigación de The Economist expone cómo Irán mantiene un comercio clandestino de petróleo para financiar sus operaciones militares y programas nucleares, a pesar de las sanciones impuestas. Desde 2018, sus exportaciones de petróleo han aumentado significativamente, alcanzando 1.8 millones de barriles diarios en septiembre de 2024, generando entre US$35 y US$50 mil millones anuales, más US$15 a US$20 mil millones adicionales en exportaciones petroquímicas. El 95% de este petróleo es enviado a China, utilizando una red de empresas fachada, tácticas de ocultación como el apagado de transpondedores y la falsificación de documentos que declaran el petróleo como originario de otros países.
Además del transporte clandestino de petróleo, Irán ha establecido un sofisticado sistema bancario en la sombra que le permite mover y almacenar miles de millones de dólares en cuentas internacionales, utilizando bancos y sistemas financieros globales, en su mayoría de forma inadvertida. Este dinero se destina a financiar a milicias como Hamas y Hezbolá, el desarrollo de armas, y mantener a flote su economía a pesar de las sanciones.
Sin embargo, gran parte del ingreso no regresa a Irán, lo que provoca que el país reciba menos divisas de lo que obtendría en un mercado abierto. Aunque las sanciones han afectado a la economía iraní, el régimen ha logrado evadirlas a gran escala gracias a la participación de China y el uso de complejas redes financieras internacionales.
📌Fuente: The Economist.
